El fin de semana en Kulture Space arrancó con fuerza. Y aunque este medio esté centrado en la electrónica, sería un error no destacar uno de los momentos más especiales del sábado en el escenario principal: Kase O, acompañado a los platos por R de Rumba. El directo fue un viaje al pasado, con himnos míticos de Violadores del Verso que encendieron al público, junto a la sorpresa de un tema inédito que Kase O nos regaló en exclusiva. A los vinilos, R de Rumba tejía los ritmos con maestría, marcando los tiempos, leyendo al público y fusionándose con la voz de Kase O en una conexión total.
Mientras tanto, en el Sunrise Stage, el ambiente era otro: más fresco, más underground. Actuaron artistas como Karretero, Esther Bronchal, y subiendo en intensidad, Brenda Serna y Dexphase, que apostaron por sonidos más duros. Sin embargo, hay que decirlo: el ambiente general del festival no era el habitual de una rave o de un evento puramente electrónico. El Weekend Beach mezcla géneros, y eso se nota también en el público y en la energía de cada escenario. No era el público habitual de un festival de electrónica, y eso se tradujo en una conexión más irregular en ciertos sets, especialmente para quienes venían a buscar una experiencia más rave. Aun así, varios artistas supieron adaptarse y ganarse al público con inteligencia y contundencia.

El viernes tuvo dos cierres que merecen mención especial. Por un lado, Adrian Mills clausuró el Sunrise Stage trayendo el sonido del hardbounce a Torre del Mar, con un set rápido, vibrante y sin tregua que dejó a más de uno con agujetas. Y por otro, en el Mainstage, Spor firmó uno de los cierres más potentes del festival.
Con una sesión demoledora cargada de drum and bass oscuro, agresivo y preciso, puso el broche perfecto a la jornada. Un set sin concesiones, ejecutado con precisión, que convirtió el escenario principal en un verdadero búnker de bajos.
El sábado tuvo otro de sus momentos cumbre con el concierto de Estopa como cabezas de cartel. Una actuación emocionante, con un toque especial gracias a la aparición de Estopa la actuación de Rozalén, que volvió a demostrar su compromiso con la inclusión al interpretar junto a su compañera en lenguaje de signos. Estopa consiguió unir generaciones en un mismo canto colectivo, desde clásicos como «El medio de Los Chichos», hasta temas más recientes como «El día que tú te marches».
Volviendo al Sunrise Stage, el sábado estuvo claramente marcado por el melodic techno. El set de Hozho fue pura atmósfera: hipnótico, oscuro y elegante, envolviendo al público en su universo. Para cerrar, Mathame ofreció uno de sus ya característicos shows, sabiendo leer al público y adaptándose perfectamente a la energía del momento.
Y como broche final, de nuevo en el Mainstage, Hedex nos dejó sudando con una sesión cargada de bass y sonidos duros, demostrando que el Weekend sabe escuchar a su público andaluz y sabe lo que les hace vibrar.