Hace unos días Ámsterdam demostró una vez más su gran capacidad para celebrar, en su 750 aniversario la capital neerlandesa se transformó en un gigantesco festival que abarcó toda la ciudad. Un ejemplo claro fue la Highway Rave organizada por Audio Obscura, que cerró la autopista A-10 de acceso para montar un escenario y dar lugar a una de las mejores fiestas del año.
Eventos así subrayan la conexión tan importante que existe entre la música electrónica, en particular el techno, con la identidad cultural de ciertos países europeos. Aquí el techno va más allá de la simple etiqueta musical, es una forma de expresión y de fomentar la cohesión social, además de ayudar a seguir construyendo la cultura de dichos países.
A raíz de estas macrofiestas hemos querido mirar atrás y recordar otras fechas señaladas de los últimos 25 años, ya que los inicios de siglo estuvieron repletos de momentos muy importantes para el techno y su evolución.
Uno de los ejemplos más claros es el festival Love Parade, que aunque nació como protesta, rápidamente evolucionó hacia una manifestación de música electrónica que congregaba a cientos de miles de personas en la ciudad anfitriona.

Desde sus inicios en 1992 y pasando por diversas capitales europeas, Love Parade ha paralizado ciudades enteras, elevando la escena techno y su subcultura a un nuevo nivel de visibilidad y aceptación. La edición de Berlín en 2002 quizás sea la más legendaria, en el cartel lucían nombres como Chris Liebing, DJ Rush o Sven Väth, y contó con más de un millón de asistentes.
A pesar de que la trágica última edición en 2010 nos dejó un muy mal sabor de boca, hay que dejar claro que estos eventos no son solo fiestas, son manifestaciones que representan a una generación entera y su cultura.
La música electrónica, especialmente el techno, se ha consolidado como una fuerza cultural gracias a estos eventos que rompieron los moldes y llevaron la escena a otro nivel, influyendo en la moda, el arte, la forma de salir de fiesta y el estilo de vida de millones de personas en Europa.
Actualmente, este tipo de celebraciones masivas continúan siendo un pilar en ciudades como Ámsterdam, especialmente durante fechas señaladas. La semana del ADE (Amsterdam Dance Event) es un claro ejemplo, la capital neerlandesa pasa a ser el epicentro de la fiesta y la música, ofreciendo no solo los eventos más importantes de las grandes marcas europeas, sino también la oportunidad de ver a los mejores artistas de la escena pinchando en lugares insólitos.
Desde panaderías hasta tiendas de ropa e incluso la red de metro, se pueden encontrar sets de DJs de talla mundial, convirtiendo esta semana en una de las mejores fechas para visitar la capital.

Otro día festivo que transforma la ciudad es el Kingsday (Día del Rey), que se celebra cada 27 de abril. La ciudad se viste de naranja, el color representativo, y sus habitantes toman las calles para celebrar la fiesta nacional. En ambas ocasiones la ciudad entera se detiene y las marcas más grandes como Free Your Mind, Verknipt o Awakenings aprovechan estas fechas para organizar algunos de sus eventos más esperados del año.
La infraestructura de estas ciudades y la mentalidad de sus habitantes ayudan a que estos momentos se conviertan en verdaderas fiestas culturales, donde la música no solo se escucha, se vive y se celebra.