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Kiwitek23: entre vinilos y bombos.

Está vez os traemos una entrevista con Kiwitek23, DJ y productor de Alicante, que nos cuenta cómo descubrió la música electrónica, sus primeras experiencias en raves y clubs, y cómo afronta el presente y futuro de su carrera.


Empecemos con la pregunta obligada, ¿Cómo descubriste la música electrónica y cuándo decidiste dar el paso a pinchar y producir?

“Salíamos por aquí por Alicante a fiestas más pequeñitas, rollo Maluca y todo eso. Después de la cuarentena empecé a salir más por Madrid, sobre todo a sitios como Studio 78, Skin, Mondo o Fabrik.

Poco después empecé a buscar eaves por Alicante y conocí a la gente de Lokosound, que desde el primer momento me hicieron sentir como en casa y me dieron la oportunidad y el apoyo para empezar a mezclar música. Eso me cambió la visión totalmente: aprendí a valorar las producciones y a respetar la música de otra manera”.

»Aunque antes de todo eso ya tuve influencias en casa por parte de mis padres. Los dos vivieron la fiesta y la Ruta, además mi padre mezclaba así que la electrónica la he tenido siempre ahí.»


¿Y con la producción musical, qué tal te llevas?

“Siempre me ha llamado el cacharreo, lo analógico, los discos. Pero reconozco que con la producción voy muy despacito. Me cuesta conectar con el Ableton, lo uso como un puzzle. Lo que más disfruto es utilizar aparatos analógicos, me divierte más utilizar hardware que estar delante de una pantalla, siento que conecto más conmigo mismo.»

Hace poco me compré la Electribe y ahí sí siento que puedo crear desde cero. Paso a paso voy aprendiendo, aunque lo que más me motiva es seguir explorando el directo”.


Cualquiera que escuche unos de tus sets lo que más va a encontrar es variedad, que está clarísimo que es un reflejo de tu personalidad. ¿Qué te ha influido a la hora de construir tu sonido?

“Al principio pinchaba mucho Tekno y Tribe con BPM altos. Ahora me gustan más los discos de antes de los 2000, producciones largas que cuentan una historia. Me atrae el sonido crudo de antaño, la simpleza que engancha aunque pasen los años. Creo que antes había más filtro y lo que salía tenía mucha calidad. Hoy cualquiera puede sacar música, y eso también tiene su lado bueno”.


Con toda la variedad de música que escuchas y pinchas imagino que tendrás influencias de todo tipo pero, ¿Quién, o quienes serían tus máximos referentes a la hora de hacer y pinchar música?

“Muchos colegas, entre ellos Acheeote y Psynthetik o Le Kick Tribe y Zapatazid, que me han impulsado siempre a mezclar con discos y los tengo como referentes también.

Y de los conocidos, te diría Party Boy o Pastis y Buenri. Son referentes a la hora de mezclar y de mantener su esencia. Desde pequeño también tuve la influencia en casa: mi padre mezclaba y a mi madre también le gustaba la electrónica así que tuve influencias desde bien pequeño sin darme cuenta.»


¿Algún momento memorable durante el tiempo que llevas pinchando? Alguna anécdota que consideres clave y sobre todo que haya influido en tu trabajo a partir de ese momento.

“Uno de mis primeros bolos fue en Matadero. Cerraba yo la sala pequeña y me quitaron el cable. Corrí al backstage, conseguí uno, volví y me puse a pinchar otra hora más. Fue una locura: acabamos mezclando de todo, desde rock hasta un tema del Foyone, y la gente lo disfrutó muchísimo.

«Recuerdo que en un momento salí a pedir una copa y dejé a unas amigas pinchando, cuando volví estaban pinchando gabber, yo no sabía como iba a acabar aquello pero nos lo estábamos pasando de puta madre.»

Esa noche me dieron dos fechas más. Salí con la sensación de haberla liado, pero la peña me transmitió lo contrario. Fue muy especial”.


Mire donde mire veo discos e imagino que estarás constantemente buscando música nueva. Con la biblioteca que tienes ya, que no es poca cosa, ¿Cómo seleccionas la música para tus sesiones?

“Voy seleccionando durante el mes lo que me va gustando y al final lleno prácticamente tres maletas. Cuando llega el bolo, de esas tres maletas hago la selección final para llevar unos 60 discos bien escogidos. Prefiero calidad a cantidad.»

«De toda la colección saco entre 150 y 200 discos de los que más me gusten y de ahí saco los 60 mejores para esa noche. Y esos son los que me echo en la maleta para llevarme, además tengo en cuenta que al ser un set a vinilo por espacio no puedo llevar muchos discos, así que me aseguro de que la selección de la selección, sea lo mejor posible».


De entre todos los elegidos para cada set seguro que tienes un par que nunca pueden faltar. ¿Cuál sería el Santo Grial de tu colección?

“El Ave María de Noys y el Format 1 – Solid Session. Este último me lo regaló mi tía y la primera vez que lo pinché la gente reaccionó increíble. Además, gran parte de mis discos son de mi padre, y me encanta seguir dándoles vida”.

«Sobre todo porque esa música de hace veinte o treinta años sigue sonando igual de bien hoy en día y las nuevas generaciones podemos seguir disfrutando de esos discos tan míticos.»


Siendo alguien que conoce los dos mundos y se mueve por ellos a la par, ¿Qué diferencias notas entre clubs y raves a la hora de pinchar?

“Las raves me transmiten cercanía y comunidad, es un ambiente familiar en el que siempre me he sentido acogido. Prefiero pinchar en raves porque la figura del DJ no está endiosada. En los clubs también se disfruta, pero en las raves hay otra conexión.

Me divierte, me hace conectar y esa búsqueda interminable de temas de todas las épocas y todos los estilos, tener tus discos ordenados, clasificados , me parece que la música es algo que te conecta con el ahora y los discos son algo que te permite no aburrirte y pulir mucha técnica .

También en club existe esa tensión de que la cabina este bien , ese margen de error que tienen los discos y te ponen en esa tensión y esas ganas de seguir mejorando.

Cuando sales de una sesión en la que tenias ganas de mostrar esos temitas a la peña, disfrutar y hacerlo de puta madre y te sale mal, ya sea por un mal día tuyo o peor aun por una cabina no apta para discos, llegas a casa que no pegas ojo, pero cuando sales de una sesión en la que conectas con la gente, te has sentido bien, es algo bonito de cojones. Que la gente haya sentido y disfrutado con lo que a ti también te llena y dirigir esa energía en la sesión para donde tu quieras, coger una melodía para llorar , para que el de la pista mire a su colega y le diga te quiero, uno para reírte , sonidos lo mas locos posibles y jugar con la música .

Ósea que me hace sentir que conecto conmigo mismo con el ahora y con la gente.»


Con todo lo que estás haciendo, tanto pinchando como produciendo, ¿Qué visión tienes a futuro con tu carrera? ¿Algún objetivo próximo, nuevas producciones o alguna sorpresa más?

“No tengo un objetivo fijo. Todo lo que me ha pasado ha ido llegando solo, y lo disfruto así, con sus hostias y sus sorpresas”.

«Disfruto el momento, cada sesión la preparo con las mismas ganas y siempre busco que la gente disfrute con mis discos lo mismo que he disfrutado yo eligiendo y pinchando la música.»


Éste año publicaste tu primer track «No tengas miedo», imagino que estarás cocinando algo más pero, ¿Cómo fue el proceso creativo para tu primera producción?

“Utilicé todas mis máquinas pero me sonaba soso, así que fui al estudio de un colega y saqué un bajo con la 303. Le puse unas vocales de Planeta Salvaje. El proyecto original se perdió y ahora lo estoy retomando.

También estoy trabajando en nuevas cosas con los chicos de Cinco Pines, aunque todavía no hay fechas de salida”.


Seguro que con todo lo que nos has contado cualquiera puede conocer un poco más a la persona detrás del alias y sobre todo, entender mejor tu sonido y tu esencia.

Antes de despedirnos, ¿Tu mensaje para la cultura?

“Curraos el SoundCloud, no el Instagram”.


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