El éxito de Matadero Club no viene regalado, el esfuerzo que imprimen en eventos como el que se vivió el pasado sábado 18 en LaHaus es la clave para que todas sus ediciones funcionen como un reloj suizo.
Es difícil escoger el «mejor momento» de la noche, lo más seguro es decir que la última edición del evento murciano fue una oda a la música electrónica y punto. Ya fuera Techno, acid, Makina, Bakalao, Hardstyle o gabber, los asistentes demostraron su amor por la electrónica, bailando hasta la última de las mezclas.
Antes de la apertura la gente ya comenzaba a congregarse en las puertas de su parroquia habitual, fieles como siempre y dispuestos a irse a casa con uno o dos esguinces de tobillo. La gran mayoría del público estaba formado por los más asiduos aunque bien es cierto que con cada edición Matadero suma adeptos, y ésta no iba a ser menos.
No podemos dejar de mencionar al equipo al completo, tanto el equipo de Matadero, como el de LaHaus. Promotores, seguridad, camareros y técnicos son en muchas ocasiones los grandes olvidados pero, desde Kulture Space queremos destacar su labor impecable durante todo el desarrollo de la noche ya que sin ellos, no habría fiesta.

La noche dió comienzo a las 22:00h, con Tere Ling a los mandos, DJ emergente afincada en alicante que en el último año ha demostrado que la constancia y el trabajo bien hecho te llevan a qué marcas como Matadero apuesten por darle un espacio a tu propuesta. Si eres de alicante o alrededores, seguro que ya la conoces o has visto su nombre en más de un cartel. Los warm Up no suelen ser tarea fácil pero Tere supo transmitir su energía al público, que con cada mezcla aumentaba la intensidad. Así es como se debería abrir una sala y el público lo notó.
El valenciano DjBadtrip, que actualmente ostenta una residencia en el mítico club valenciano Spook, cogió el relevo a Tere Ling y se aseguró de mantener la energía de una sala que comenzaba a llenarse. TECHNO en mayúsculas para todos los gustos y sobretodo, la esencia valenciana en estado puro.
Una de las sorpresas de la noche fue el B2B del residente D-Bunk, co fundador de Matadero, y el alicantino Kiwitek23, joven promesa de la escena underground en el Levante. A puro vinilo y con una selección musical que más de uno quisiera tener, con discos legendarios como «Avemaría» de Noys o el «Nighttrain» de Kadoc. Además, sirvieron de ante sala para otro de los platos fuertes de ésta edición de Matadero Club, el productor y DJ alemán Wilderich, miembro del equipo 240.
El joven productor aterrizó ante un público entregado que ya había calentado de sobra y esperaba el turno de bailar algunos de sus temas más bouncy como «Muévete» o «Sloppy G-Day».
En el punto más álgido de la noche, la leyenda viva Buenri reafirmó el reconocimiento que se ha ganado a lo largo de su extensa carrera. Lamentablemente, Pastis no pudo asistir al evento por motivos de salud, algo que los asistentes entendieron, incluso pareció que se bailara más en honor al DJ ausente.
Se le esperaba con ansias y no defraudó, regalando algunas mezclas para el recuerdo. Su selección musical es inclasificable. Con toques de acid y techno, experimentó una progresión durante la cuál el DJ catalán incluyó una muy buena selección de tracks de Hardstyle y Hardcore. Hubieron muchos momentos a destacar pero cuando el público escuchó los primeros segundos de «La Línea de La Vida», la sala se vino arriba.

Del cierre se encargó Armero con su Gabber Set, una propuesta que ya ha presentado en otras ediciones de Matadero y en la que repasa algunos de los clásicos del hardcore primigenio como «Attack» de Unexist o «The final part of raveworld» de Rotterdam Terror Corps. Al más puro estilo Thunderdome, Armero demostró una vez más su versatilidad en cabina poniendo el broche de oro a una noche de diez de principio a fin.
Sobra decir que si todavía no has vivido la experiencia, no deberías pensarlo mucho más y correr a por los tickets para la siguiente edición de Matadero Club – The real techno sh*t!