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Vant toma el control: techno, visión y actitud en Grasa

El pasado viernes, el colectivo Vant tomó el control de Club Grasa y lo hizo dejando una huella clara: la escena local tiene sangre nueva, actitud y mucho que decir. Desde antes de medianoche, una larga cola dejaba claro que había expectación. Dentro, el club se llenó rápido y ya no volvió a vaciarse.

La encargada de abrir fue Hexxe, que empezó con un deep y techno pausado pero envolvente, construyendo una atmósfera densa y sugerente. Su sesión fue el arranque perfecto: hipnótica, con groove contenido y esa sensación de estar entrando en un viaje largo y profundo.

Después tomó el relevo Antu, que mantuvo la línea oscura pero le sumó dinamismo y textura. Más groove, más movimiento. Su selección fue precisa, con transiciones fluidas que hicieron despegar del todo el ambiente.

Para cerrar, Hanten firmó un final de los que dejan huella. Directa, potente y con un sonido afilado, su set fue energía: bombazo tras bombazo, llevando al público al límite y manteniendo la pista encendida hasta el último beat.

Pero más allá de los sets, lo que Vant logró fue algo más profundo: crear una identidad en cabina. Lo suyo no va solo de música, sino de intención. Su propuesta es una mezcla de crudeza y elegancia, con una sensibilidad que se nota tanto en la selección como en la actitud. Representan una nueva forma de entender la escena: más diversa, más libre y con un sonido que busca conectar desde la honestidad y la pasión.

La primera noche del colectivo en Grasa fue un golpe sobre la mesa. Una celebración de comunidad, energía y talento emergente. Si el futuro de la escena pasa por propuestas como esta, el techno está en muy buenas manos.

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