El pasado sábado 19, el colectivo Zoológiko volvió a dejar claro que su propuesta es una bocanada de aire fresco —y necesario— para la escena underground nacional, con especial impacto en la provincia de Alicante y el resto del Levante.
Desde su nacimiento, Zoológiko ha apostado fuerte por el sonido y la cultura del techno más auténtico. Su compromiso se refleja no solo en los line up que presentan, sino en la atmósfera que consiguen generar en cada evento, gracias a un montaje audiovisual cuidado al detalle y una estética de club que envuelve al público desde el primer momento.

Una experiencia sensorial
El espacio se transformó por completo: mucha luz roja, humo y una cabina situada dentro de una jaula a pie de pista ofrecieron una experiencia de 360°, permitiendo al público bailar alrededor de los protagonistas de la noche. No es solo un evento, es una experiencia inmersiva.
El encargado de inaugurar la sesión fue Kavali, residente del colectivo. Su set marcó el tono de la noche desde el primer compás: texturas envolventes y ritmos duros que reflejaban claramente su visión del techno. Su propuesta no solo fue una apertura contundente, sino también una declaración de intenciones. Kavali no solo calienta la pista; la moldea.
El relevo: contundencia nacional
Con la pista ya entregada y rebosante de energía, llegó el turno de PBL, residente en Danza Futura y TN Club. Otro nombre imprescindible del panorama nacional que supo conectar con la audiencia desde el primer instante. Su set mantuvo la atmósfera oscura e hipnótica, transportando a los asistentes a un universo sonoro futurista, entre maquinaria pesada y luces de neón. Una experiencia casi cinematográfica.
El plato fuerte: MARRON
El headlinerde la noche fue MARRON, DJ y productor, cofundador y residente del respetado colectivo neerlandés EERSTE COMMUNIE. Su presencia fue celebrada por el público local, que aguardaba con entusiasmo su llegada al club HALÖ.
Durante tres horas, MARRON ofreció una sesión impecable, rica en capas, texturas y transiciones que mantuvieron la pista encendida sin descanso. El público rodeaba la jaula de la cabina como si de un ritual se tratase, completamente entregado a una experiencia musical donde el ritmo no decayó ni un instante. El ambiente, casi litúrgico, confirmó que en Alicante hay una audiencia lista para más propuestas de este calibre.
El cierre: una leyenda nacional
El cierre quedó en manos del veterano DJ Jesús Ortega, residente del mítico Metro Dance Club y figura clave de la escena techno nacional. Con más de treinta años de trayectoria, Ortega demostró por qué sigue siendo un referente. Desde el primer tema dejó claro que su set sería una apisonadora sonora: ritmos duros, mezclas precisas y una energía que no dio tregua. El broche perfecto para una noche inolvidable.

Conclusión
Zoológiko no es solo una fiesta; es una declaración cultural. Una propuesta seria, honesta y profundamente respetuosa con la esencia del underground y la cultura club. Si aún no has vivido una de sus noches, estás tardando.